a) Cambio de registro
Lo que une a todas las hablas marginales es el estigma social que su uso comporta, frente al prestigio de la lengua estándar. Lejos de seguir el modelo de ésta, el joven selecciona las formas que se apartan de la norma. Por eso, en el lenguaje ordinario, cuando no se sirve de voces asociadas a un sociolecto marginal, busca dentro de su propio repertorio léxico vulgarismos, y en general, todas aquellas palabras o expresiones informales y de connotación baja, portadoras en si mismas de expresividad. Ej: en lugar de pesetas, emplearán púas, castañas, pelas… para decir que uno tiene mucho atrevimiento, empleará los términos cara, jeta, morro, … En esta selección no solo huye del eufemismo, sino que busca intencionadamente el disfemismo, y cualquier palabra que contribuya a dar un tono peyorativo y humorístico al discurso.
b) Cambio de código
Con frecuencia, los jóvenes necesitan en su discurso referirse a conceptos muy comunes. En tal caso, además de a sus propias metáforas y extensiones de significado, acude a palabras y expresiones ya existentes, procedentes de sociolectos con un código distinto al suyo.
En primer lugar, términos provenientes de sociolectos marginales, es decir, de hablas de grupos sociales tenidos como marginados, tales como gitanos, quinquis, delincuentes, prostitutas… por ello entre los ingredientes del lenguaje del rollo hay que contar el habla popular de barrios castizos de los grandes centros urbanos como Madrid, Barcelona y Sevilla.
De todos los sociolectos marginales, probablemente el que mayor aportación ha supuesto al lenguaje juvenil ha sido el lenguaje de la delincuencia, cuya influencia en el léxico común ha sido una constante en todas las épocas. Ejemplo: pasma(policía), ful (falso).
En segundo lugar, el exotismo como mecanismo de expresividad puede llegar al habla juvenil por vía de los extranjerismos. En el presente siglo, y de una manera acusada en los últimos decenios, los préstamos de origen extranjero tienen un color predominantemente anglicista debido a la irresistible influencia tecnológica, cultural y política del mundo anglosajón, con los EEUU a la cabeza. El léxico de la droga, por ejemplo, hace abundante uso de anglicismo, ej: monki(síndrome de abstinencia) speed(anfetamina)…
c) Transferencia semantica
Si nos fijamos en el vocabulario juvenil, observaremos que casi todas las palabras han sido objeto de una transposición semántica, de una metáfora. Dicha transferencia de significado supone una ruptura con el universo lingüístico de la sociedad constituida, como efecto de una nueva sensibilidad que impele a construir un nuevo lenguaje para definir y comunicar nuevos valores.
Existen casos extremos de ruptura con el lenguaje por inversión del significado natural de las palabras, fenómeno que se conoce con el nombre de “antífrasis”, Ej: jardín o posada (cárcel).
Se da un carácter rupturista y subversivo de la filosofía que impregna el sentido de algunas de las metáforas que se suceden en este habla. Parte de ellas enseguida llaman la atención por acudir a referentes propios del reino vegetal, ej: seta, algodón o rama son nombres de distintos tipos de droga; y también del reino animal, ej: camello (traficante de droga), mono…
Los recursos expresivos no se dan solo con nombres sino también con verbos, ej: estar colgado (estar loco o bajo los efectos de alguna droga), matar un cigarro (terminarlo)…
Lo que une a todas las hablas marginales es el estigma social que su uso comporta, frente al prestigio de la lengua estándar. Lejos de seguir el modelo de ésta, el joven selecciona las formas que se apartan de la norma. Por eso, en el lenguaje ordinario, cuando no se sirve de voces asociadas a un sociolecto marginal, busca dentro de su propio repertorio léxico vulgarismos, y en general, todas aquellas palabras o expresiones informales y de connotación baja, portadoras en si mismas de expresividad. Ej: en lugar de pesetas, emplearán púas, castañas, pelas… para decir que uno tiene mucho atrevimiento, empleará los términos cara, jeta, morro, … En esta selección no solo huye del eufemismo, sino que busca intencionadamente el disfemismo, y cualquier palabra que contribuya a dar un tono peyorativo y humorístico al discurso.
b) Cambio de código
Con frecuencia, los jóvenes necesitan en su discurso referirse a conceptos muy comunes. En tal caso, además de a sus propias metáforas y extensiones de significado, acude a palabras y expresiones ya existentes, procedentes de sociolectos con un código distinto al suyo.
En primer lugar, términos provenientes de sociolectos marginales, es decir, de hablas de grupos sociales tenidos como marginados, tales como gitanos, quinquis, delincuentes, prostitutas… por ello entre los ingredientes del lenguaje del rollo hay que contar el habla popular de barrios castizos de los grandes centros urbanos como Madrid, Barcelona y Sevilla.
De todos los sociolectos marginales, probablemente el que mayor aportación ha supuesto al lenguaje juvenil ha sido el lenguaje de la delincuencia, cuya influencia en el léxico común ha sido una constante en todas las épocas. Ejemplo: pasma(policía), ful (falso).
En segundo lugar, el exotismo como mecanismo de expresividad puede llegar al habla juvenil por vía de los extranjerismos. En el presente siglo, y de una manera acusada en los últimos decenios, los préstamos de origen extranjero tienen un color predominantemente anglicista debido a la irresistible influencia tecnológica, cultural y política del mundo anglosajón, con los EEUU a la cabeza. El léxico de la droga, por ejemplo, hace abundante uso de anglicismo, ej: monki(síndrome de abstinencia) speed(anfetamina)…
c) Transferencia semantica
Si nos fijamos en el vocabulario juvenil, observaremos que casi todas las palabras han sido objeto de una transposición semántica, de una metáfora. Dicha transferencia de significado supone una ruptura con el universo lingüístico de la sociedad constituida, como efecto de una nueva sensibilidad que impele a construir un nuevo lenguaje para definir y comunicar nuevos valores.
Existen casos extremos de ruptura con el lenguaje por inversión del significado natural de las palabras, fenómeno que se conoce con el nombre de “antífrasis”, Ej: jardín o posada (cárcel).
Se da un carácter rupturista y subversivo de la filosofía que impregna el sentido de algunas de las metáforas que se suceden en este habla. Parte de ellas enseguida llaman la atención por acudir a referentes propios del reino vegetal, ej: seta, algodón o rama son nombres de distintos tipos de droga; y también del reino animal, ej: camello (traficante de droga), mono…
Los recursos expresivos no se dan solo con nombres sino también con verbos, ej: estar colgado (estar loco o bajo los efectos de alguna droga), matar un cigarro (terminarlo)…
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